Valorar una antigüedad
Una antigüedad siempre es un objetivo que resulta atractivo. Miles de personas alrededor del mundo son atraídas por museos y otros lugares donde se concentran antigüedades para adorar aquello que hace siglos, o incluso milenios, lució con brillo propio.
A quién lo le apetece ver, por ejemplo, la escultura por excelencia, el David de Miguel Ángel, que luce en Florencia para gratificación de los millones de personas que la visitan a lo largo del año.
Un pasado cultural poderoso es hoy en día una de las mejores formas de promoción de una ciudad o un pequeño pueblo. Como decimos, el valor artístico e histórico de esculturas, estatuas, cuadros y cualquier obra de arte antigua posee un valor atractivo que hace que las personas se acerquen a contemplar lo que otrora fue un esplendor.
El David de Miguel Ángel es una de las esculturas más importantes de la historia de la humanidad. No hay dudad de ello. Se hizo hace más de 500 años, en mármol y sus más de 5 metros de alto aún guardan la majestuosidad de una obra única e irrepetible.
En la red, hoy en día, se pueden encontrar miles de anuncios de personas que venden antigüedades y otros tantos que las compran. El mundo del coleccionismo ha crecido en las últimas décadas y lo que antes era territorio exclusivo de las míticas subastas que todos conocemos, en la actualidad se intercambian digitalmente artículos muy valiosos sin necesidad de acudir a ningún lugar físico.
Pese a estos cambios en el mercado de las antigüedades, los marchantes de arte y los coleccionistas y, en general, todas las personas realmente metidas en el sector deben tener en cuenta que el precio de un objeto de tales características ha de ser muy precioso, de ahí la necesidad, clara y evidente, de disponer de un tasador de antigüedades de confianza.
¿Cómo valorar lo único?
¿Quién sabe lo que vale una escultura de Dalí? ¿Un cuadro de Goya? O una vasija del Imperio Antiguo egipcio. Pues, como no, los expertos; los profesionales del sector de las valoraciones de antigüedades que saben diferenciar lo verdadero de lo falso; lo real de lo imitado.
Hay que tener la experiencia para poder decidir qué valor asignarle a cada uno de los objetivos procedentes del mundo antiguo, ya sea la obra que sea.
En el mundo de la tasación hay de todo, en lo que se refiere a proyectos o encargos de valoraciones. Las hay recurrentes y sin ningún tipo de elemento llamativo, pero, sin embargo, hay otro tipo de trabajos que son extraordinarios.
Cuando se nos encarga un proyecto relacionado con una obra de arte o con una antigüedad siempre es emocionante. No decimos que valorar una finca rústica o una vivienda no lo sea, pero no siempre tienes delante un objeto especial como una escultura de hace siglos o una obra de arte de un pintor o escultor de talla mundial.
Son proyectos especiales, únicos. Pero en Aesval nos lo tomamos como todos los demás, con la misma profesionalidad, la misma objetividad y el mismo entusiasmo por ofrecer al cliente una valoración acorde a su valor real y de mercado.
Si necesitas una valoración de una obra de arte o una antigüedad, no lo duces y primero, pregúntanos. Disponemos de una red de maestros tasadores de gran valor, por lo que podremos asignarte al profesional que mejor se adapte a las necesidades de tu encargo.