Arquitectura moderna del siglo XX
Después de hablar de la arquitectura orgánica, del legado de Frank Lloyd Wright y de haber repasado los inicios de lo que hoy se considera uno de los movimientos arquitectónicos más importantes de los últimos siglos con la Escuela de Chicago, llegamos a la denominada como arquitectura moderna.
No hay que ir muy lejos en el tiempo para. Tan solo un siglo hacia atrás ya vemos cómo ha ido evolucionando el diseño y construcción de los edificios.
Como decimos, a principios del siglo XX surgen nuevas necesidades en el mercado inmobiliario y arquitectónico. El avance de la tecnología hace posible nuevas ideas y formas de construcción.
Una evolución natural
Los materiales más utilizados durante esta época arquitectónica son el acero, el hormigón armado y el vidrio. Estos materiales serán la base para la construcción de unas edificaciones con un relevante peso del diseño, pero un importante matiz: ha de ser funcional. Es decir, los arquitectos del estilo moderno se alejan de ornamentos, de adornos y de componentes puramente estéticos, llevando la simpleza del plano a la construcción.
Esa simplificación es uno de los elementos clave para tener en cuenta, ya que a partir de ese momento los edificios pasan a tener una estética más limpia. Otro elemento a tener en cuanta si hablamos de la arquitectura moderna es el interés de los arquitectos en que los edificios posean un gran espacio interior. Son diáfanos en gran parte debido a que se quiere conseguir una fluidez y una eliminación de las estancias tradicionales. Se unen en una misma habitación el salón, el comedor y la cocina como una parte contigua, lo que refleja una vida, a priori, más simple.
En cuanto a las formas más utilizadas, vemos que los ángulos de 90 grados tienen un gran protagonismo. Por tanto, en las edificaciones de estilo moderno se observa con nitidez el uso de elementos rectangulares, así como cilíndricas y cúbicas.
Una necesidad social
Para conocer cualquier estilo arquitectónico, hay que analizar el momento social e histórico en el que nace.
A principios del siglo XX existe una necesidad de construcción de edificios para dar cabida a un número de personas cada vez más grande y, al mismo tiempo, se han de construir zonas de ocio para toda esa gente. La rápida industrialización de la sociedad de la época deriva en esa necesidad arquitectónica.
A todo esto, hay que sumar que en la primera mitad de siglo XX hay dos guerras mundiales en Europa. Con todo lo que eso implica. Los periodos bélicos y el de entreguerras son claves para entender toda la sociedad de la época, incluidos los movimientos artísticos y arquitectónicos.
La escuela Bauhaus
Sin duda un hito en cuanto a las ciencias del arte moderno. Influyendo en varias disciplinas, esta escuela tuvo un importante papel principal en todo el movimiento arquitectónico moderno.
Walter Gropius es un nombre que para los profesionales de la arquitectura tiene que estar grabado a fuego en su mente. Al igual que Frank Lloyd Wright, este arquitecto, urbanista y diseñador alemán nacido en Berlín en 1883 crea la escuela de Bauhaus con el objetivo de fusionar lo moderno con lo artesano.
La creación de este centro de conocimiento influyó en las posteriores corrientes vanguardistas de toda Europa, ya no solo a nivel arquitectónico.