Requisitos cédula de habitabilidad: aspectos clave
Seguro que has oído hablar alguna vez de un concepto llamado célula de habitabilidad. Se trata, básicamente, de un documento que toda vivienda ha de poseer, acreditando que la casa está acondicionada para que puedan vivir personas.
Desde Aesval, sociedad tasadora homologada por el Banco de España y miembro de la Asociación Española de Análisis de Valor, con más de 10 años de experiencia en tasaciones de todo tipo, somos conocedores de la relevancia de este documento. Por ello, vamos a intentar responder a unas preguntas básicas para explicar el concepto de cédula de habitabilidad y su relevancia en el sector inmobiliario.
¿Qué es una cédula?
Un error muy común es no diferenciar entre cédula y célula, mucha gente denomina al documento que acredita a una vivienda como óptima para vivir célula de habitabilidad, cuando en realidad la palabra correcta es cédula.
Una cédula, según la segunda acepción del diccionario de la lengua de la Real Academia Española, es un documento oficial en que se acredita o se notifica algo.
Aplicado al sentido de habitabilidad, se trata de un documento oficial que acredita que una vivienda cumple los requisitos necesarios para que se pueda vivir en ella.
¿Qué requisitos hay que cumplir para disponer de este tipo de documento?
Existen aspectos que cualquier vivienda ha de cumplir para que se le otorgue una cédula de habitabilidad. Son, por ejemplo, los vinculados a superficie, distribución, dimensiones y cocinas, entre otras.
Como decíamos, la superficie mínima útil de una vivienda que quiera disponer de cédula de habitabilidad son 36 metros cuadrados. Además, debe contar con un comedor, salita, salda de estar, salón, una cámara higiénica y una cocina.
La vivienda ha de tener agua, tanto fría como caliente, ventilación, evacuación de aguas e instalación de luz, garantizando así unos mínimos de seguridad para los habitantes.
Siguiendo con los mínimos, debe existir al menos un fregadero en la cocina, así como una encimera, un lugar para la cocción y también un sistema de extracción de humos. Así mismo, el baño debe tener un lavamanos, inodoro y bañera o ducha. Además, debe contar con instalación para lavadora, sin necesidad de disponer del electrodoméstico.
La altura de la vivienda ha de ser como mínimo de dos metros y medio, salvo en baños, zonas de paso y cocina, que puede bajar a los dos metros 20 centímetros.
Por último, para dar de alta una vivienda en cuanto a habitabilidad, esta se debe ajustar a los requisitos y normativas medioambientales.
¿Qué implica disponer de una cédula de habitabilidad?
Se trata de un certificado que plasma la legalidad de una construcción y certifica que ahí es posible vivir. Del mismo modo, para dar de alta los servicios de suministro de cualquier vivienda también es necesaria su presentación.
Como vemos, se trata de un documento muy relevante. Los constructores deben tener estos requisitos mínimos muy en cuenta para así, poder edificar nuevas construcciones de manera totalmente segura, legal y correcta.
Lo mismo para aquellas personas que quieran reformar una vivienda, los cambios de espacios y distribución tras la obra deben estar siempre ligados al mínimo viable, reflejado en los protocolos de la cédula de habitabilidad.
La cédula de habitabilidad hoy en día
En la actualidad, la cédula de habitabilidad está siendo sustituida en algunas comunidades autónomas por la licencia de primera ocupación. Este documento acredita que la construcción de la vivida fue llevada a cabo según el proyecto técnico de obra presentado previamente a las entidades correspondientes.
Por tanto, se trata de documentos diferentes, que acreditan aspectos de una vivienda distintos. La cédula asegura una habitabilidad y solidez de la construcción correcta, a la vez que la licencia de primera ocupación acredita que la vivienda se ajusta a la ley y el proyecto de la misma.