El Big data y los precios de la vivienda
Si una tecnología ha cambiado la forma que tenemos de analizar la información es el famoso Big data.
Para entender mejor cómo funciona este nuevo elemento hay que ir a su naturaleza. Hoy en día, con la masiva cantidad de datos que existen es muy difícil llegar ni siquiera a recopilarlos. Entra por tanto, la primera unidad clave relativa a la naturaleza del Big data: la cantidad.
A medida que la sociedad avanza se transforma. Nos ha toca vivir una transformación diferente a las anteriores. Hemos vivió muchas revoluciones a lo largo de nuestra historia, si la actual la comparamos con la última gran etapa de cambio a nivel mundial vemos similitudes.
En el siglo XVIII la Revolución Industrial hizo que todo se volviera más mecánico. Este cambio transformó la sociedad, la economía, el trabajo y a las personas. Ya nada sería igual a partir del nacimiento de la máquina de vapor, la maquinaria industrial, los telares, el ferrocarril, el motor de combustión interna, la electricidad… Y así un largo etcétera de elementos, hoy en día más que comunes y conocidos, pero que en una sociedad rural, fundamentada en pilares como la agricultura y la ganadería fue una transformación como nunca antes se había visto.
La Revolución Industrial es el germen de la nueva era digital. La transformación tecnológica basada en Internet y todas sus repercusiones son el siguiente paso en la revolución industrial iniciada en el siglo XVIII.
La pandemia y los confinamientos han acelerado en gran medida la transformación digital de muchas empresas y de la sociedad en general. A finales de marzo de 2021, con todavía bastantes condicionantes y restricciones a la movilidad, se puede ver que el tráfico de personas hacia sus trabajos se ha reducido una enormidad. El teletrabajo es ahora la solución más cómoda, eficaz y rentable para que millones de personas sigan con sus tareas sin correr riesgos.
La cuestión es si cuando acaben los procesos de vacunación y el virus ya no sea una amenaza para la salud pública se mantendrá el teletrabajo.
Que la pandemia ha adelantado una década el teletrabajo, sobre todo en el sur de Europa, es más que evidente. Y al igual que el trabajo en remoto ha sido potenciado, también la inversión en tecnologías de la información y la comunicación se han visto incrementada.
Con todo esto queremos decir que si hace un lustro la digitalización había multiplicado la información disponible (smartphones, domótica, Internet de las cosas, smartwatches, vehículos autónomos, etc.) la pandemia lo ha elevado a la enésima potencia.
La gran relevancia de dominar el Big data
Antes hablábamos de la Revolución Industrial y los grandes cambios en la sociedad que provocó. Pero no una de las grandes diferencias de aquella transformación industrial a esta actual y digital es la velocidad. La velocidad a la que se dan los cambios, se desarrollan nuevos productos y tecnologías es abrumadora. La velocidad es otro elemento clave del Big data.
Como lo es también la complejidad de la información. Hace décadas no se podía profundizar tanto en los datos porque no existía la tecnología, ahora sí. Y esa variabilidad y complejidad hace que sea imposible recopilar y analizar tanto volumen de datos a tanta velocidad con los mecanismos, programas o métodos tradicionales.
Para poder utilizar de forma efectiva esos datos han de ser tratados con tecnologías que puedan ser capaces de recopilarlos, analizarlos y ofrecer información clara para que las personas especialistas puedan sacar conclusiones.
El Big data en el mercado inmobiliario
Esa transformación de ingentes cantidades de datos en información útil, clara y entendible para las personas es la gran ventaja del Big data y de todas las tecnologías que la rodean.
En el ámbito de la vivienda ayuda y mucho. El análisis histórico de los precios de vivienda, dividido o subcategorizado por tipología de vivienda, por orientación, por superficie construida o por ubicación hace posible que se pueda predecir prácticamente cómo cambiará el valor de mercado de un piso o casa en cualquier lugar.
Pero no solo el Big data sirve para predecir precios, en Aesval hemos desarrollado una herramienta basada en inteligencia artificial que puede valorar grandes carteras de propiedades con rapidez y manteniendo la fiabilidad y el rigor con la que nuestra sociedad lleva trabajando más de 10 años.
Gracias al uso del Big data esto es posible y la apuesta por la investigación y el desarrollo de nuevas aplicaciones es y será el futuro.