
Nuevos criterios ESG en la tasación de activos inmobiliarios
La valoración y tasación de activos inmobiliarios está cambiando, y mucho. En la actualidad, integrar factores ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) ya no es una elección: se ha convertido en una parte esencial a la hora de determinar cuánto vale realmente un inmueble.
Y esto te afecta directamente, tanto si eres propietario, inversor, promotor o simplemente estás valorando comprar o vender un inmueble. En este artículo te explico de forma clara cómo los criterios ESG están redefiniendo el mercado inmobiliario en España y qué se tiene en cuenta en una tasación adaptada a esta nueva realidad.
Valoración y tasación ante los nuevos estándares de sostenibilidad
Hoy en día, cuando se realiza una tasación inmobiliaria, ya no basta con analizar la ubicación, la superficie o el estado del inmueble. Ahora también se tienen en cuenta aspectos como el consumo energético, la huella de carbono o el impacto social del edificio. Esto se debe a que cada vez hay más demanda de inmuebles sostenibles y, por tanto, mejor valorados en el mercado.
En este contexto, los informes de tasación integran variables ESG que antes no se contemplaban. Por ejemplo, los edificios con certificaciones como LEED, BREEAM o WELL pueden alcanzar precios entre un 10% y un 20% superiores respecto a inmuebles similares sin dichas certificaciones. No se trata de una tendencia temporal, sino de un cambio profundo y permanente en la forma en que funciona el sector inmobiliario.
Eficiencia energética, materiales sostenibles y emisiones en el análisis ESG
La eficiencia energética se ha convertido en un factor determinante dentro del enfoque ESG. En el mercado inmobiliario español, disponer de un certificado energético no solo es un requisito legal para vender o alquilar, sino también un elemento que puede condicionar notablemente el valor que se le asigna a un inmueble. Un edificio con categoría «A» consume mucha menos energía que uno con categoría «E» o «F», lo que se traduce en menores costes para los usuarios y mayor atractivo para los compradores.
Además, el uso de materiales sostenibles se valora positivamente. Tienen carácter sostenible los materiales que provienen del reciclaje, que minimizan el impacto sobre el medio ambiente o que se han producido cerca del lugar de construcción. Incorporar madera certificada, pinturas con bajo contenido en compuestos orgánicos volátiles o sistemas constructivos eficientes puede mejorar la puntuación ESG del inmueble.
En cuanto a las emisiones, se analiza tanto la huella de carbono asociada a la construcción como las emisiones operativas del edificio. Cada vez es más habitual incluir en la tasación el cálculo de emisiones de CO2, sobre todo en activos destinados a uso corporativo o institucional, donde estas cifras son relevantes para acceder a financiación verde o atraer inversores internacionales.
Factores sociales y de gobernanza en la evaluación inmobiliaria
El análisis ESG no se queda sólo en lo ambiental. Los aspectos sociales también cuentan. La accesibilidad para personas con movilidad reducida, la calidad del aire interior, la presencia de espacios comunitarios o la integración del edificio en su entorno urbano son factores que suman puntos en una evaluación moderna.
Además, entran en juego aspectos relacionados con la forma en que se gestiona y administra el activo inmobiliario. Esto incluye la transparencia en la propiedad, el cumplimiento de normativas urbanísticas o la existencia de certificaciones legales al día. Además, normativas como la Taxonomía Europea, el SFDR o la CSRD están obligando a grandes empresas a reportar información sobre la sostenibilidad de sus activos, lo que repercute directamente en las tasaciones.
Por tanto, si tu inmueble forma parte de un proyecto gestionado con criterios responsables, tiene todas las papeletas para recibir una valoración más favorable.
Retos actuales y evolución futura en la tasación ESG en España
A pesar de todos estos avances, hay que reconocer que la aplicación de los criterios ESG a la tasación todavía presenta algunos retos. Un desafío destacado es la ausencia de información uniforme y comparable que permita evaluar los criterios ESG con precisión. No todos los edificios cuentan con la información necesaria ni hay una metodología única para incorporar estos factores en todas las tasaciones.
Aun así, el sector está avanzando rápidamente. Se espera que en los próximos años las normativas europeas y las demandas del mercado impulsen una integración total de estos criterios. Esto beneficiará tanto a los propietarios que apuesten por la sostenibilidad como a quienes busquen invertir en inmuebles más eficientes, seguros y rentables.
En resumen, los criterios ESG están redefiniendo lo que significa valorar un inmueble en España. Y si tú quieres estar preparado para este nuevo escenario, contar con una tasación profesional que los incluya desde el principio es un paso imprescindible.