La escuela de Chicago y la llegada del rascacielos
La ciudad del viento. Así es conocida Chicago en el mundo. Bueno, por eso y por otras muchas cosas entre las que se encuentra la inconfundible Torre Willis o el icónico Michael Jordan y los Bulls de finales de los 90, aunque también es conocida por su cercanía al famoso lago Michigan.
Pero la tercera ciudad más grande de los Estados Unidos de América también es mundialmente popular por ser cuna de un estilo arquitectónico que cambio para siempre el concepto, desarrollo y estructura de las ciudades.
La escuela de Chicago, así se llama al movimiento dentro del mundo de los arquitectos que surge en unas características sociales y económicas muy concretas. En las siguientes líneas intentaremos mostrar cómo nace este estilo y qué necesidades pretende cubrir.
Nos situamos a finales del siglo XIX. Chicago en aquellos años es una ciudad moderna, que crece a pasos agigantados en número de ciudadanos. Antes de entrar en detalles hay que hablar sobre el evento clave que hizo que se iniciara el estilo arquitectónico que hoy tratamos.
Hablamos del “Gran incendio de Chicago”. En octubre de 1871 la ciudad del viento ardió durante 3 largos días. Pasto de las llamas fueron casi 10 kilómetros cuadrados, dejando varios centenares de fallecidos y cientos de miles de desplazados. Comenzó en los suburbios y pronto se descontroló por toda la ciudad. Como la madera era el principal material de muchas viviendas, el fuego arrasó. Se calcula que una de cada tres personas en Chicago perdió su hogar durante el gran incendio.
Teniendo como referencia esa gran catástrofe que arrasó cientos de edificios, Chicago tuvo la necesidad de reconstruirse. Y lo hizo. Lo hizo de manera magistral, dando origen a un nuevo tipo de urbanismo.
Había una necesidad imperiosa de satisfacer las demandas de miles de personas que necesitaban una vivienda. Al existir un elevado nivel de especulación sobre el precio de las parcelas en las que se iban a construir los nuevos edificios de Chicago, los arquitectos tuvieron que pensar otro concepto. Uno nuevo. Había que aprovechar muy bien cada centímetro de los terrenos, pues eran muy caros.
Soluciones arquitectónicas para problemas económicos
Los arquitectos se las apañaron para diseñar edificios atípicos para la época, pero que ahora nos resultan de sobra familiares. Aquellos diseños tenían que ser estrechos pero muy verticales, agrupándose unos encima de otros muchos pisos para dar cabida a cientos de personas en cada edificio.
Estos gigantes se fueron construyendo por toda la ciudad, generando un estilo hasta ese momento nunca antes visto en otra ciudad del mundo. Se habla de un estilo porque todos los profesionales y empresas del gremio hablaban, compartían ideas y colaboraban para buscar la mejor solución posible a cada problema. De ahí que hablemos del nacimiento de un estilo arquitectónico y de un nuevo tipo de edificio: el rascacielos.
Además de ser edificios muy altos y, en muchos casos, bastante estrechos, estas nuevas construcciones se caracterizaban por disponer de pilares de hormigón, el uso del metal y la implantación de ventanas correderas. Además, se abandona el uso del muro de carga, pues estructuralmente ya no era necesario.
La parte estética también gira pues los diseños son cada vez menos ornamentados y con una presencia más relevante de grandes ventanales.
Podemos añadir que el desarrollo del ascensor fue el complemento ideal para que todos los elementos encajasen a la perfección.
Principales arquitectos de la escuela de Chicago
Cuando hablamos del estilo arquitectónico nacido en Chicago tenemos que hablar de William Le Baron Jenney, padre del rascacielos y gran artífice de la reconstrucción de Chicago tras el incendio de 1871.
Jenney, americano de nacimiento y formado en Francia, es el arquitecto del Home Insurance Building, el primer edificio diseñado y construido con las nuevas bases de la arquitectura de Chicago.
También hay que destacar el trabajo de Henry Hobson Richardson, Daniel Burnham, John Wellborn Root, Louis Sullivan entre otros.
No hay duda de que el nacimiento del rascacielos transformó la manera de edificar en urbes. Si hoy en día tenemos los enormes edificios de ciudades como Nueva York, Dubái o Singapur, en gran parte, gracias a estos precursores de finales del siglo XIX y comienzos del XX.