patrimonio cultural

El valor del patrimonio histórico y cultural para la sociedad

El patrimonio cultural está constituido por todos aquellos valores y bienes materiales e inmateriales que forman parte de la identidad cultural de un pueblo, país o región.

Ruinas arqueológicas, museos, monumentos, templos, palacios y otras construcciones, espacios públicos (plazas y parques), pero también bailes, canciones, novelas y poemas, son parte del patrimonio cultural e histórico de una nación.

Así como la memoria es parte fundamental de la identidad de una persona, el patrimonio histórico y cultural es parte esencial de la identidad de un pueblo.

Destruir el patrimonio de un país es como destruir la memoria de una persona: destruir el pasado debilita las bases de nuestro presente, y nos hace perder la ruta en torno al futuro que queremos.

Tipos de patrimonio cultural

Cuando se habla de patrimonio cultural e histórico se hace referencia a dos tipos de patrimonio, el material y el inmaterial.

El patrimonio material es el más evidente: templos, edificios, tumbas, grandes monumentos, museos, pinturas, esculturas, cerámicas, sitios arqueológicos, piezas arqueológicas, estructuras significativas, etc.

El patrimonio inmaterial puede incluir obras literarias, composiciones musicales, corrientes musicales, ceremonias, fiestas religiosas y populares, tradiciones, idiomas, artesanías, etc.

A veces la definición entre el patrimonio material e inmaterial se hace un poco difusa, como en el caso de la cultura gastronómica. Las recetas y cultivos de una región, las formas tradicionales de preparación, son también parte del patrimonio cultural.

Importancia del patrimonio cultural e histórico

¿Imaginas a España sin la Alhambra, sin “Las meninas” de Velázquez, sin la Basílica de la Sagrada Familia de Gaudí, o sin el flamenco? Son obras y valores materiales e inmateriales que forman parte de la identidad cultural de España, así como Teotihuacán y las ruinas mayas son parte de México, y las pirámides parte de Egipto.

El valor más importante del patrimonio histórico y cultural de un pueblo o nación es precisamente preservar y mantener vivo el pasado que le une e identifica.

Los monumentos y bienes culturales sirven para recordar y para enseñar a distintas generaciones de dónde venimos y cómo llegamos a ser lo que somos.

En ocasiones, como en el caso de los campos de concentración nazis, prisiones o lugares donde se cometieron actos atroces, sirven también para preservar la memoria y evitar que estas cosas vuelvan a repetirse.

Patrimonio y turismo

Los museos, edificios históricos, sitios arqueológicos, monumentos, parques, plazas y otros espacios donde ocurrieron hechos relevantes, son además grandes atractivos turísticos, que pueden generar beneficios económicos y sociales de importancia.

Son muchas las naciones y regiones del mundo que se benefician del interés que despiertan grandes estructuras del pasado, la arquitectura bien conservada de otros períodos históricos, las pinturas y esculturas que se resguardan en museos y otros espacios.

Pero también el atractivo turístico es otra clase de patrimonio, como la música (el jazz de Nueva Orleans, por ejemplo), el baile y la alegría (como el Carnaval de Río de Janeiro), y ceremonias y rituales como el Día de los Muertos en México o las procesiones de Semana Santa en Sevilla.

Sin duda, la historia y la cultura son atractivos turísticos de primer orden en países como Grecia, Italia, España, Francia, Egipto, India, México y Perú, entre otros, que a menudo tienen igual o mayor peso que sus atractivos naturales.

El patrimonio histórico y cultural y la UNESCO

El patrimonio histórico y cultural no solo pertenece al país o la región donde se encuentra. Gran parte de este patrimonio es reconocido como parte de muchas personas que en apariencia no deberían sentirse involucrados.

Mozart y Beethoven, la Gran Muralla China, el parque Güell, la Torre Eiffel, el Partenón y Chichén Itzá, el jazz y el tango, son bienes que de algún modo pertenecen a todos los seres humanos, sin importar dónde hayan nacido y dónde estén haciendo sus vidas.

Por eso tiene sentido que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), haya promovido la figura del patrimonio mundial cultural de la humanidad, que abarcó la parte material durante la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, en 1972.

El patrimonio se amplió a los bienes inmateriales en 2003, con la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial.

Al preservar y difundir nuestro patrimonio histórico y cultural contribuimos a proteger la memoria y la identidad de la humanidad.