Todos sabemos y está más que dicho en este foro que en una tasación influyen multitud de factores.

En los informes de valoración de inmuebles realizados por nuestra red de maestros tasadores hay elementos arquitectónicos que pueden hacer subir o bajar la cifra final dependiendo de su transcendencia.

Como decimos, saber el valor de un inmueble es una suma de muchos elementos de diferentes naturalezas.

Es notable que influye en el precio de inmueble el lugar donde está edificado, pues no es lo mismo una gran ciudad que una pequeña población rural, incluso dentro de esa gran ciudad, no es lo mismo un barrio que otro. Por tanto, la ubicación es un elemento muy a tener en cuenta y que, puede variar muy considerablemente el precio ofrecido en el informe.

También hemos hablado en alguna ocasión que influye su uso, pues un bien nuevo, sin usar y a estrenar es, en principio, más valioso que uno de similares características ya utilizado por alguien.

Pero, la pregunta que os queremos hacer hoy es la siguiente: ¿qué elementos derivados de la propia arquitectura y construcción del inmueble afectan realmente a un informe de valoración?

Sostenibilidad

Parece que fue ayer, pero ya hace casi una década, concretamente desde 2013, que es de obligación la categorización de los edificios según su eficiencia energética. Es decir, según el ahorro que genere el propio inmueble en cuestión a la factura energética de los propietarios.

Dos inmuebles similares, situados en la misma zona y con parecidas características no deberían de tener una diferencia grande entre sus respectivos informes de tasación. Pero si uno de ellos está catalogado con una etiqueta A y otro como G, la diferencia será mucho más que notable. Cómo está construido el edificio, la calidad de sus materiales y las técnicas aplicadas para que pueda ofrecer ahorro energético son los elementos clave para la certificación energética.

Sin duda, hoy en día, la sostenibilidad es un factor fundamental en la valoración de los inmuebles y está muy relacionada con cómo se edifica el activo.

El sol como punto de referencia

Otro elemento arquitectónico básico que hay que tener presente en todas las valoraciones es la orientación de la vivienda. Es, quizá, uno de las pocas cosas que no se puede modificar en un piso o una casa. Se puede valorar la posibilidad de reformar la vivienda en su interior, reorganizándola de otra forma; se puede también acondicionar la fachada si lo necesita, pero la orientación es la que es.

De ahí que arquitectos e ingenieros se tomen muy en serio las salidas y puestas de sol. Un hogar con mucha luz natural cambia completamente el día a día de sus residentes. La calidad de vida que supone una vivienda iluminada y calentada con sol es incalculable, independientemente del ahorro energético que se puede llegar a generar.

Para una vivienda en España, situada en el hemisferio norte, sin duda la mejor orientación es la sur ya que es la que más luz recibe. En definitiva, dentro de, por ejemplo, un mismo bloque de pisos, los de orientación sur, en principio y si sobre plano son iguales, tendrá más valor.

¿Cómo y con qué materiales está construida?

Importa el cómo e importa el con qué. No todos los materiales son iguales ni tienen las mismas calidades. Así mismo la forma y el estilo arquitectónico también son aspectos a tener en cuenta para un informe de tasación.

Al hilo de esto, la distribución de la vivienda es igual de importante. Número de habitaciones, pasillos, terrazas, tamaño de zonas comunes, número de baños y un largo etcétera de elementos que los tasadores oficiales han de tener en cuenta para dar una cifra de ese inmueble.