Cómo saber cuánto vale mi empresa
Al tasar una empresa entramos en un terreno más complejo que al hacer una valoración de un inmueble, ya que entran en juego factores que en un bien no suelen constar.
Bajando a la definición de una valoración de una sociedad, podemos decir que se trata de ofrecer un valor económico lo más aproximado a su precio real. En la mayoría de las ocasiones podemos ver que el precio y el valor no son iguales.
Gran parte de las compañías multinacionales que dominan sus sectores poseen esa posición estratégica porque han ido adquiriendo otras empresas. Cuando asistimos a las grandes compraventas de compañías por gigantes de los mercados vemos que las cifras son estratosféricas, pues hablamos de miles de millones de euros. Pero, si simplificamos las cosas, no deja de ser una cifra, un número y alguien ha tenido que darla.
Para llegar a esa cifra se han tenido que valorar infinidad de elementos tangibles y no tangibles y, sin embargo, puede no reflejar el valor real de esa marca.
Con estos movimientos de grandes compañías tenemos que ponernos en perspectiva y mirar todo desde un punto de vista estratégico. Pues una gran empresa puede adquirir otra más pequeña por una cantidad, un precio, mucho mayor que la de su valor real. Ese sobrecoste se puede ver como algo asumible, ya que a largo plazo los beneficios de esa adquisición e integración en el grupo empresarial serán mucho mayores que ese sobrecoste.
En definitiva, todo se puede resumir en que el valor de una empresa siempre tiene un punto subjetivo y que el precio es, digamos, un punto de partida para una negociación entre dos partes.
Esto ocurre en el caso de una compraventa, pero hay otros supuestos en los que tasar una empresa es absolutamente necesario.
Conocer el valor estimado de una sociedad en la que se quiere invertir es del todo fundamental, bien sea por querer comprar acciones o cualquier otro método de inversión, saber el precio de la compañía será el principio del camino.
Cómo se valora una empresa
Como se ha comentado al inicio del artículo, las empresas son complejas de valorar pues tienen elementos intangibles que, dependiendo del punto de vista de cada persona, serán más o menos valiosos.
Conceptos como reputación, historia, valor de marca o similares son muy difíciles de medir pues no son cuantificables sino percepciones que, con el paso del tiempo, van calando entre la sociedad.
Pese a ello a diario se valoran miles de empresas y en muchos de esos casos se utiliza la siguiente fórmula que veremos a continuación.
Valoración de una empresa por el método del valor contable
Toda sociedad que esté listada en el Registro Mercantil tiene que rendir cuentas una vez al año. El balance de una empresa es el documento que refleja la situación patrimonial y económica de dicha entidad. Ese documento oficial y obligatorio en cuanto a publicación consta de tres grandes apartados: activo, pasivo y patrimonio neto.
- El activo en el balance refleja lo que posee la empresa: propiedades en bienes muebles e inmuebles entre otros.
- El pasivo se puede traducir en lo que la empresa debe: se trata por tanto de obligaciones que la compañía tiene, bien a corto o a largo plazo.
- Por último, el patrimonio neto es el conjunto de aportaciones de los socios para la fundación y actividad de la sociedad.
Para valorar una empresa por el método contable basta con ir a sus cuentas anuales y en el balance restarle el pasivo al activo. De este modo obtenemos una cifra que es equivalente al patrimonio neto de la compañía, es decir, aquellas aportaciones iniciales de los socios más los beneficios de ejercicios anteriores de la empresa.
Es un método sencillo y relativamente rápido de aplicar. Por supuesto, no sirve para conocer el valor de todas las empresas, pero sí es un método muy utilizado y que puede servir para dar una visión cercana a valor real de una empresa.