La importancia de la arquitectura accesible para personas con discapacidad
La arquitectura accesible es aquella que diseña espacios que tienen en cuenta las necesidades de las personas de todas las edades y de todas las condiciones físicas.
Esta filosofía implica crear alternativas para que personas con distintas limitaciones físicas puedan acceder y disfrutar de los diferentes espacios arquitectónicos.
Rampas de acceso para personas en sillas de ruedas o niños en cochecitos, señales auditivas o letreros en alfabeto braille para invidentes o baños adaptados para facilitar su uso a personas discapacitadas son algunos de los elementos y diseños que se asocian con la arquitectura accesible.
Pero la idea de una arquitectura accesible, o inclusiva, como también se la denomina, va más allá de incorporar estos elementos, y se propone crear espacios que no necesiten elementos ajenos al diseño para que este sea considerado accesible.
Las normativas y la “accesibilidad universal”
En España, se creó la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación, y accesibilidad universal de las personas con discapacidad, que posteriormente se ha integrado y subsumido a otras leyes y decretos.
La normativa más reciente, que recoge el espíritu de la Ley 51/2003, es la Ley 6/2022, de 31 de marzo, de modificación del Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, para establecer y regular la accesibilidad cognitiva y sus condiciones de exigencia y aplicación.
A pesar de todas estas normas y leyes, es mucho lo que queda por hacer en términos de “accesibilidad universal en España”, o al menos eso es lo que indica el Informe “La accesibilidad de la nueva vivienda en España”, publicado en 2020, y donde se afirma que solo un 2 % de los edificios construidos en España desde 2011 son accesibles universalmente.
Otras cifras: al menos un 30 % de los edificios que se construyen actualmente en España tienen entradas con escalones, un 54 % todavía no tiene rampas, y solo un 8 % dispone de elevadores eléctricos.
En el país hay casi 3 millones de personas que se reconocen oficialmente como discapacitadas, alrededor de un 6 % de la población española, que debe desplazarse y utilizar espacios que en su mayoría no están adaptados a sus necesidades.
Desafíos y oportunidades para una arquitectura accesible
No solo se trata de construir nuevas viviendas, edificios y espacios comunitarios donde todas las personas, sin importar la edad o si son o no discapacitadas, puedan desplazarse sin obstáculos ni riesgos para su seguridad, sino también de adecuar los edificios y espacios públicos actuales, para que puedan considerarse universalmente accesibles.
Actualmente, hay estudios que certifican lo que nos dice el sentido común, que las personas con alguna clase de limitación física salen menos y aprovechan menos los espacios públicos, y pasan más tiempo encerradas en sus viviendas.
Esto se debe en gran medida a que gran parte de las estructuras urbanas todavía no cumplen con las normativas de inclusión social.
Afortunadamente, en la actualidad hay recursos a los que se puede acceder para rehabilitar edificaciones y hacerlas más accesibles para las personas discapacitadas o con alguna limitación física.
Se trata de los fondos Next Generation de la Unión Europea, un fondo creado para reparar los efectos sociales y económicos de la pandemia, con un apartado importante destinado a la rehabilitación de edificios, para hacerlos más eficientes energéticamente, y también más accesibles.
Características de una arquitectura accesible
Al mejorar el acceso y el desplazamiento para personas con limitaciones físicas se mejora también la calidad de vida de todos los ciudadanos, desde niños pequeños a adultos mayores, así como personas con distintas clases y grados de incapacidad para moverse.
Entre las características que deben tener los espacios diseñados o intervenidos por una arquitectura accesible se encuentran:
- Superficies sin irregularidades: sin desniveles bruscos y con suelos que sean antideslizantes, para facilitar el desplazamiento seguro.
- Señalización con lenguajes inclusivos: braille, lenguaje de señas, señales auditivas y verbalizadas.
- Incorporación de rampas para sillas de ruedas y cochecitos de niños: soportes que sirvan de apoyo en espacios de tránsito y baños, lugares de aparcamiento para discapacitados, plataformas móviles y otros accesorios que favorezcan a las personas con alguna clase de limitación.
- Diseñar espacios como pasillos y puertas con una amplitud mayor, para facilitar el paso de sillas de ruedas.
- Uso de materiales, colores y texturas que faciliten la orientación y desplazamiento de personas con limitaciones visuales.
La arquitectura accesible forma parte de una visión empática y solidaria de la sociedad.