Consejos para convertir un local en una vivienda
Necesitas un lugar para vivir y tienes a tu disposición un local comercial que no está en uso o que solo proporciona pérdidas. No eres el primero al que se le ocurre la posibilidad de convertir un espacio diseñado para ser usado como comercio u oficina, en un lugar para vivir.
La idea de transformar un local en vivienda está tan extendida que existen procedimientos legales para hacer el cambio de uso, y también, en muchos casos, impedimentos y sanciones administrativas para imposibilitar el cambio.
Hacer esta transformación es tentador, sobre todo porque los locales a menudo son menos costosos que los espacios construidos para residir en ellos, y porque también se pueden transformar con mayor facilidad, utilizando tabiques y otros materiales.
Si estás considerando convertir un local en una vivienda, estas son algunas recomendaciones que debes tener en cuenta para lograr llevar a cabo tu proyecto con éxito, o para desistir a tiempo y sin sufrir pérdidas económicas.
¿Cuándo es mejor desistir que insistir?
Si todas las normas y reglamentos te dicen que no puedes convertir un espacio en lugar de residencia, lo más aconsejable es no insistir. No tiene sentido tratar de hacer la conversión cuando:
- El ayuntamiento niega todos los permisos administrativos para hacer el cambio. Esto puede suceder porque el local se encuentra en una zona exclusivamente comercial; porque la cuota de viviendas del sector está cubierta; porque el espacio no reúne las condiciones mínimas para transformarse en un hogar (tamaño, altura, ventanas, ambientes, etc.).
- Cuando la comunidad de vecinos se opone y está respaldada por su reglamento, que prohíbe expresamente la conversión de esos espacios en residencias.
- Cuando puede afectar servicios o estructuras comunes.
Elección del espacio que vas a transformar
Si has decidido transformar un espacio comercial en tu hogar, pero aún no tienes uno, es importante elegir una zona donde disfrutes de los servicios que necesitas: transporte, escuelas, supermercados, etc.
Ten en cuenta que si escoges una zona exclusivamente comercial, probablemente tendrás problemas para obtener los permisos del ayuntamiento para los cambios en el espacio. También considera que las zonas comerciales tienden a quedar muy solas en las noches y días festivos, y a ser muy ruidosas durante el día.
Averiguar antes de invertir
Visita las oficinas del ayuntamiento donde se encuentra el local y habla con los técnicos que trabajan en urbanismo para conocer las normas y confirmar que podrás hacer el cambio sin ser bloqueado por ningún reglamento.
Inspecciona el espacio y confirma que cumple con todas las medidas para poder convertirse en vivienda.
Aunque las normas varían en cada comunidad autónoma, por lo general se exige que el espacio tenga un mínimo de 40 m2, el techo 2,50 m de alto, el baño y la cocina con extractores, que no se encuentre en el subsuelo y que la fachada tenga suficiente ancho para colocar ventanas.
Confirma que la comunidad de propietarios está de acuerdo con la conversión del local en vivienda y que no habrá ninguna traba.
Hasta no verificar todo esto, evita hacer cualquier tipo de inversión o pago.
Contratar los servicios de profesionales
Para obtener los permisos y licencias para poder hacer las modificaciones, vas a necesitar un proyecto, acompañado por un presupuesto de obras, elaborado por un profesional.
En la transformación, necesitarás un arquitecto, un fontanero, un electricista y personal de construcción en general. Y al concluir la obra deberás presentar varios impuestos para obtener el permiso de ocupación y conectar el espacio a los servicios (electricidad, gas y agua).
Todos estos pasos se agilizan contratando una empresa constructora, que además cuenta con los equipos y recursos para transportar materiales y retirar escombros, y seguramente conoce las normas y costumbres en torno a la construcción en el sector.
Asegurar todos los permisos y licencias
Aunque delegues en una empresa constructora, es importante estar atento con el cumplimiento de todas las normas legales y administrativas, con los permisos y licencias, para evitar sanciones y multas.
Mantén la comunicación abierta con los vecinos
Es importante mantener una buena relación con los vecinos para evitar malentendidos, denuncias o roces innecesarios.
Puedes estar cumpliendo todas las normas legales y, aun así, enfrentar dificultades por una mala comunicación con los vecinos. Si vas a vivir allí, es mejor comenzar con buen pie.