Ciudades sostenibles de la Agenda 2030
La búsqueda de la igualdad entre las personas y la apuesta por la sostenibilidad del planeta son quizá los conceptos que mejor resumen la Agenda 2030. Ese nuevo contrato social a nivel mundial de la ONU que pretende, bajo diecisiete puntos principales, “no dejar a nadie atrás” y asentar los fundamentos de una estrategia global para hacer frente a los problemas del siglo XIX.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Como decimos, las naciones han intentado agrupar en diecisiete las medidas necesarias para garantizar la sostenibilidad del planeta. Se pretende abordar los problemas y crisis sociales más relevantes y cubrir las necesidades de cualquier persona, esté donde esté.
Salud, pobreza, trabajo, energía sostenible, igualdad de todo tipo, educación, cambio climático, naturaleza o consumo son algunos de los conceptos más relevantes en el conjunto de la Agenda 2030. Sus ODS son:
- Fin de la pobreza
- Hambre cero
- Salud y bienestar
- Educación de calidad
- Igualdad de género
- Agua limpia y saneamiento
- Energía asequible y no contaminante
- Trabajo decente y crecimiento económico
- Industria, innovación e infraestructura
- Reducción de las desigualdades
- Ciudades y comunidades sostenibles
- Producción y consumo responsables
- Acción por el clima
- Vida submarina
- Vida de ecosistemas terrestres
- Paz, justicia e instituciones sólidas
- Alianza para lograr los objetivos
Desde Aesval, ya os hemos hablando del gran plan estratégico de las Naciones Unidas, en concreto del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 9. El noveno ODS está enfocado a la industria, la innovación y las infraestructuras, pero hoy os queremos hablar del undécimo objetivo de la Agenda 2030.
La meta del ODS número 11 es lograr que las ciudades y las comunidades humanas sean seguras, sostenibles, inclusivos y resilientes.
Objetivo 11: ciudades y comunidades sostenibles
Sin duda, uno de los retos del futuro, por no decir ya del presente, es crear núcleos de población sostenibles. El crecimiento del número de personas es exponencial desde hace décadas y supone una grave problemática porque los recursos son limitados y, si se sigue ese aumento, llegará un punto en que será insostenible.
En 1950, según datos de la ONU, la población mundial era de 2.600 millones de personas. Hoy, a finales de 2019, se estima que existen más de 7.610 millones de seres humanos en el planeta con un crecimiento neto superior a una persona por segundo. Es decir, cifras insostenibles con los recursos actuales.
La digitalización de las ciudades hacia un enfoque más sostenible y tecnológicamente avanzado, fundamentando su día a día en energías renovables y apoyando una movilidad que reduzca las emisiones contaminantes a la atmósfera, es en lo que se basa el concepto de Smartcity. La ciudad inteligente será aquella que pueda operar bajo la eficiencia energética y la sostenibilidad, poniendo el foco principal en la calidad de vida y el desarrollo basado en las nuevas tecnologías. Se trata de una evolución de las metrópolis actuales y basada en la transformación digital y la automatización de procesos.
La clave está en seguir creciendo, pero bajo los estándares de la equidad. La urbanización y desarrollo del territorio han de ser justos para todos los habitantes del planeta, vivan en grandes ciudades o en pequeñas comunidades rurales. El crecimiento poco controlado y disperso de la tipología urbanística de la sociedad, sobre todo occidental, hace que se dependa del vehículo privado prácticamente a diario, con las consecuencias sociales y medioambientales que conlleva. La apuesta por un transporte sostenible y no contaminante es de vital importancia en este punto 11 de la Agenda 2030.
Las ciudades inteligentes son el futuro y las innovaciones en movilidad y transporte, tanto de personas como de materiales, son la clave para conseguir alcanzar los objetivos propuestos en este plan global estratégico. Las infraestructuras, su crecimiento y renovación, la red de transportes, el parque de vehículos y un largo etcétera de elementos son las claves que hay que tener en cuenta para conseguir llegar al objetivo.
Pero no se trata solo de las ciudades, las zonas menos pobladas, las rurales, también entran dentro del alcance de la Agenda 2030. Impulsar este tipo de comunidades es responsabilidad de los gobernantes, ya que siguen siendo entornos con grandes posibilidades para crecer y ser sostenibles.
En cuanto a España, los datos no son excesivamente optimistas. El nuestro es un país con baja natalidad, que está envejecido y que presenta un índice de despoblación rural muy elevado. La mayor parte de la población española se encuentra en las zonas costeras y en los alrededores de la capital. O lo que es lo mismo, existe un desequilibrio poblacional que ha de ser contrarrestado con políticas territoriales eficaces y que no perjudiquen a los habitantes de la “España rural”.
Además de todo lo anterior, dentro del pacto global se atenderán las siguientes cuestiones: exclusión social, pobreza, desigualdad, vulnerabilidad al cambio climático, contaminación en zonas urbanas, gestión de residuos, protección del patrimonio natural y cultural, reducción de los efectos de los desastres naturales. Estos son los puntos concretos:
- Acceso a la vivienda
- Transporte público
- Urbanización inclusiva y sostenible
- Patrimonio cultural y natural
- Desastres y reducción de vulnerabilidad
- Desechos y contaminación en ciudades
- Acceso a zonas verdes y espacios públicos seguros
- Vínculos zonas urbanas, periurbanas y rurales
- Reducción de riesgos de desastres en ciudades
- Edificios sostenibles y resilientes en PAMs