Las antigüedades son un bien que está bajo una relativa percepción de su valor real. Porque un objeto, un cuadro, una obra de arte o cualquier bien que se califique como antigüedad siempre tendrá implícito el valor sentimental además del propio económico.

Aquellos objetos que han sido testigos del paso del tiempo siempre tienen una aceptación especial dentro de parte de la sociedad. Poseen un encanto, una atracción intangible y un respeto que los hace ser especiales y despertar deseo de pertenencia.

Hay un gran mercado entorno a las antigüedades. Por todo el mundo existen museos, anticuarios, mercados o bazares en los que poder contemplar, adquirir o vender viejos objetos de gran valor. Del mismo modo, existen coleccionistas de antigüedades de todo tipo que pagan grandiosas sumas de dinero en subastas por objetos únicos. Como decimos, en los museos actuales se pueden ver muchas obras de arquitectura, cuadros, objetos tallados hace miles de años, restos de otras civilizaciones y un sinfín de antigüedades que hacen que este mercado sea tan movido como interesante. Las colecciones, ya sean públicas, privadas, individuales o colectivas, demuestran la relevancia que poseen objetos de otra era la nuestra.

Por si fuera poco, gracias a la transformación digital el mercado de este tipo de artículos también ha cambiado, existiendo páginas web dedicadas a la compra venta antigüedades donde es muy fácil poder especular o invertir.

¿Cuándo se considera un artículo una antigüedad?

La pregunta tiene su jugo. ¿Existe una regla internacional para calificar a los objetos como antiguos? Pues en principio no, no hay una medida de tiempo que sea exacta para determinar esto. Lo más próximo a la verdad que podemos consultar en organismos oficiales es, como no, la definición de antigüedad o antiguo en la Real Academia Española.

Según el diccionario de la lengua española, la antiguo, referido a un objeto, es aquello que existe desde hace mucho tiempo o en tiempo remoto. Es decir, no hay una cifra que se establezca clave para determinar si un jarrón chino de la dinastía Ming pueda o no, considerarse una antigüedad, pero, siendo francos, un experto tasador puede perfectamente determinar el valor de ese objeto bajo muchos factores que hoy en día son asumibles: época y materiales de fabricación, diseño, artesano que lo llevó a cabo, lugar en el que pasó sus mejores épocas, antiguos compradores, rareza, belleza y así hasta un sinfín de aspectos clave.

Una cuestión muy a tener en cuenta también es que del tipo de objeto que estamos hablando. No es lo mismo un artículo tecnológico que una pieza de decoración artesana. Como vemos, se trata de un mercado que resulta muy subjetivo.

Hay muchos conceptos que se relacionan con las antigüedades. Reliquias, objetos retro, artículos vintage y también, como no, las famosas falsificaciones. Quizá esta última sea la más relevante dentro del tema que tratamos hoy, ya que conocer las diferencias entre antigüedad y una falsificación es clave en el mercado de las tasaciones.

El arte de la valoración de antigüedades

Tan variadas como diferentes son las situaciones en las que una persona puede necesitar recurrir a un tasador de antigüedades. Bien por una herencia, por una liquidación, indemnizaciones por accidente o robo, bien por estar ante una operación de compraventa de un objeto antiguo. Nunca está demás tener la opinión de un experto.

La aproximación al valor real de las antigüedades es clave para que cualquier operación relacionada con este tipo de artículos sea satisfactoria para ambas partes. Dentro del equipo de tasadores de Aesval, disponemos de expertos en realización de valoraciones en obras de arte, mobiliario histórico, pinturas y antigüedades en general.

Solo la experiencia, el conocimiento de la historia y las buenas prácticas pueden determinar la calidad de un tasador. En Aesval lo sabemos, por eso trabajamos siempre bajo la neutralidad, la independencia, la profesionalidad y la calidad, intentando, y en gran medida consiguiéndolo, que nuestros clientes se sientan satisfechos y vuelvan a contar con nosotros si así lo necesitan.

La tasación de antigüedades es compleja y requiere de mucho tacto. En Aesval te podemos asesorar y valorar el artículo que estés interesado y ayudarte en el proceso de compra venta. Si necesitas de nuestros servicios, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.